Ufff... ¡qué invierno más duro!
Llevamos apenas un par de semanas en esta nueva estación y ya está causando estragos, sobre todo en la población infantil, quienes han sido, lamentablemente, los que más se han enfermado.
Y es que si bien es cierto que el frío -casi- siempre trae consigo consecuencias negativas, en esta oportunidad vino acompañado de una ola de brotes virales que se han hecho prácticamente imposibles de controlar.
Por eso, es natural que uno se pregunte qué puede hacer para intentar prevenir resfríos, ya que además de ser perjudiciales para nuestra salud, son increíblemente molestos: no nos dejan dormir por las noches, nos provocan dolores musculares intensos, irritabilidad, jaquecas, falta de apetito y otros síntomas.
Si bien ya hemos compartido distintos tips para evitar que los virus penetren en el cuerpo -como usar mascarilla, tener purificadores de aire, lavarse las manos frecuentemente y preferir lugares sin aglomeraciones-, en esta oportunidad te vamos a hablar sobre la importancia de la alimentación en el sistema inmunológico.
A ver, vamos por parte. ¿Sabes realmente qué es el sistema inmunitario?
Este sistema está compuesto por una compleja red de tejidos, células y órganos -como la médula ósea, el bazo, timo, amígdalas, membranas mucosas y la piel- que se encargan de combatir los patógenos que invaden el cuerpo, ya sean gérmenes, bacterias, hongos o virus. Así, cuando algún agente externo entra a nuestro organismo, el sistema comienza a actuar rápidamente para destruirlo y evitar que cause estragos en ti.
Pero el qué tan bien trabaje nuestra inmunidad depende estrechamente de nuestros hábitos alimenticios. ¿Cómo así? Sigue leyendo, que aquí te lo explicaremos todo.
¿Cómo influye la alimentación en nuestro sistema inmunológico?
Lo más importante que hay que entender es que lo que comemos influye directamente en nuestra actividad immunológica. Esto quiere decir que, si estás llevando una dieta baja en nutrientes, minerales y vitaminas, corres mayor riesgo de enfermarte o contraer infecciones.
Por eso, es muy importante que mantengas una alimentación equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas, carbohidratos y grasas saludables.
Y sí, sabemos que cuando hace frío no dan muchas ganas de comer ensalada o frutas, ¡pero es necesario! De lo contrario, las probabilidades de debilitarte aumentan considerablemente.
A continuación, te dejamos los alimentos que te ayudarán a fortalecer tu sistema inmunológico:
- Frutas cítricas altas en vitamina C, como kiwis, naranjas, mandarinas y limones.
- Frutos rojos altos en antioxidantes, como arándanos, frutillas y frambuesas.
- Verduras altas en vitamina A y antioxidantes, como cebolla, ajo, repollo, espinacas, coliflor, brócoli, zanahoria y zapallo.
- Pescados altos en omega 3 y vitamina E, como el salmón.
- Carnes blancas, como pollo y pavo, ya que aportan proteína, hierro, zinc y vitamina B12. Si vas a consumir carnes rojas, te aconsejamos que sea máximo 2 veces a la semana y que sean cortes bajos en grasa.
- Legumbres de todo tipo, ya que aportan proteínas, minerables y fibras.
- Huevo, porque es alto en vitamina D y sus claras son una excelente fuente de proteína.
- Lácteos, ya que tienen proteínas y vitamina D.
Y porque sabemos que a veces es un poco difícil mantener hábitos saludables, sobre todo cuando hace frío, acá te dejamos 3 consejos para que comer más sano no sea tan complejo:
- Mismas verduras, distintas formas
¿Te ha pasado que no te gusta la zanahoria cocida, pero sí rallada? Y es que muchas veces el problema no es la verdura en sí, sino que la forma en que la comemos. Por eso, te aconsejamos darle una segunda vuelta a esas verduras que crees que no te gustan, para que encuentres la manera de incorporarlas a tu día a día. Anímate, ¡hay muchas formas distintas de comer el mismo alimento!
- Prefiere harinas integrales
Contrario a lo que se creía antiguamente, no es necesario eliminar el pan de tu dieta para ver cambios, pero sí te aconsejamos preferir el que está hecho de harina integral, ya que contiene más fibra y, por ende, le hará mejor a nuestro sistema digestivo.
Y no solo el pan puede ser integral, sino que el arroz, las pastas y otras masas también. Atrévete a probar algo distinto y juega con las harinas integrales en la cocina, ¡no te decepcionarán!
- Evita el exceso de grasas saturadas
Muchos de los alimentos ultraprocesados que consumimos a diario son altos en grasas vegetales refinadas -como aceite de palma, girasol o maíz- y eso, además de tener muchas calorías, también nos impedirá llevar una vida más sana. Por eso, es preferible optar siempre por alimentos que contengan grasas saludables, como el aceite de oliva, la palta, frutos secos y pescados.
También, es importante disminuir la cantidad de aceite que utilizamos en la preparación de nuestras comidas y para ello la mejor forma de hacerlo es con una freidora de aire, la que permitirá que nuestros alimentos queden igual de crujientes y deliciosos, sin la necesidad de usar aceite (o utilizando una pequeña cantidad).
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