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Hepatitis infantil: La tecnología como una solución eficaz ante brotes virales

Hepatitis infantil: La tecnología como una solución eficaz ante brotes virales - Mouvair

Desde que comenzó la pandemia del COVID-19, el mundo como lo conocíamos cambió por completo, y las personas se vieron obligadas a encerrarse y a cuestionarse de qué manera podían mantenerse sanas y seguras, con tal de no exponerse al virus que tantas vidas había arrebatado alrededor del mundo. 

Ahí, el primer instinto de las autoridades locales e internacionales fue decretar cuarentena total, la que si bien resultó ser efectiva para evitar contagios a corto plazo, no podía -por razones obvias- perdurar demasiado en el tiempo.

Ante este escenario, los ministerios de salud de los distintos países ordenaron el cumplimiento de una serie de medidas sanitarias que debían acatarse, para así garantizar espacios seguros para sus ciudadanos; sin embargo, ninguna de ellas resultó ser completamente efectiva, ya que el coronavirus continuaba esparciéndose por la sociedad y, en cuestión de meses, comenzó a mutar a cepas más peligrosas y contagiosas.

Con el paso del tiempo, y como era de esperarse, la situación de alerta disminuyó y la población se empezó a relajar y a aprender a convivir con el virus, pero es probable que siempre quede, entre los que vivimos esta pandemia, esa sensación de que, en cualquier momento, puede venir otra enfermedad y arrebatarnos la anhelada "normalidad".

Y es que así sucede con los traumas y, sin lugar a dudas, la pandemia significó una herida gigantesca -a nivel económico, sanitario y social- que quizás nunca sane. Y, lo peor de todo para alguien que ha vivido un episodio traumático en su vida, es revivirlo. 

Por eso, el 5 de abril, cuando la  Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió una notificación por parte de las autoridades de Reino Unido,  quienes confirmaron 10 casos de hepatitis aguda en niños menores de 10 años sin enfermedades previas, las alarmas mundiales se encendieron.

Actualmente, la enfermedad ya se ha registrado en distintos países de Europa y Estados Unidos, en donde  dos niños han fallecido y 17 han requerido trasplante de hígado.

Acorde a la información que se mantiene hasta el momento, la  enfermedad se originaría por una infección de adenovirus, el que se transmitiría mediante el aire, el agua o secreciones. 

Así, la preocupación ciudadana vuelve a acrecentarse, ya que una enfermedad infantil de esta índole podría significar -si es que la situación se agravase- el cierre temporal de las escuelas, lo que implicaría que, nuevamente, los niños y adolescentes vieran perjudicado su proceso de aprendizaje. 

Entonces, toca preguntarse de qué manera, como ciudadanos comunes y corrientes, podemos mantener entornos seguros y evitar la propagación de estas y otras enfermedades.

Y pareciera ser que, la respuesta obvia, sería a través de la tecnología, es decir, de electrodomésticos -como  purificadores de aire- que permitan sanear el entorno escolar o laboral de manera eficaz, garantizando la eliminación de las partículas contaminantes del ambiente.

En ese contexto, podríamos recién comenzar a sentir que, por fin, tenemos las “riendas” de algo que pareciera ser incontrolable.

Y es que somos seres resilientes por naturaleza y en nuestro instinto está el buscar herramientas que nos permitan encontrar una manera de sentirnos a salvo, sin importar qué tan catastrófica pudiera parecer la realidad.

Al principio, lo primero que hicimos fue encerrarnos en casa, pero ahora nadie quiere volver a vivir lo mismo y urge la necesidad de salir de ella, pero sin miedo. Y es precisamente aquí donde la tecnología se posiciona como la solución más eficaz para lograrlo.

En cualquier caso, no tenemos muchas opciones. O buscamos la manera de evitar posibles contagios o volvemos a encerrarnos. Y me atrevería a decir que, por primera vez, hemos llegado a un consenso mundial.

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