Ya queda poco invierno, sin embargo, todavía tenemos que pasar agosto antes de poder llegar a esos días bonitos llenos de sol y calor que nos alegran tanto el corazón —¡al fin!—. Es muy común que al ver un día gris y oscuro por la mañana ni siquiera den ganas de levantarse. Por supuesto, la vida sigue y ni la lluvia, las nubes o el frío van a poder impedir que debamos realizar nuestra rutina igualmente. Pero, ¿te has preguntado alguna vez por qué nos sentimos tan felices al ver el sol, y tan desanimados cuando está nublado?
Si te lo has preguntado, o te has sentido así, ciertamente no eres el único. Por aquí también luchamos con esta problemática que llega junto a los días fríos, así que quisimos buscar una respuesta de la mano de la psicóloga Javiera Catalán, quien nos respondió algunas de nuestras dudas al respecto.
El invierno, ¿realmente nos afecta?
La primera pregunta que teníamos para Javiera es si el invierno realmente afecta nuestro estado de ánimo, o si eso es solo un mito que a estas alturas se ha popularizado. Lo primero que ella nos aclara es que “sí, nos afecta, eso es un hecho y hay muchos estudios que lo demuestran”.
Pero, ¿por qué? Ante esta pregunta, ella nos responde:
“Nosotros constantemente trabajamos con emociones positivas y negativas, que se asocian a ciertas cosas. Felicidad = positivo, tristeza = negativo. Lo mismo pasa con las estaciones. Está la percepción de que el invierno es oscuro, nebuloso, y que se asocia fuertemente a un bajo estado de ánimo. No es algo biológico, pero sí una percepción social muy fuerte. De hecho, hay más tendencia a que las personas desarrollen depresión en lugares que tienden a estar nublados y lluviosos por más días del año”.
Esto nos deja mucho que pensar, puesto que incluso en la literatura o las películas podemos ver a menudo cómo suelen compararse las emociones tristes con un “invierno sin fin” o “lluvia interminable”; en el cine es frecuente ver que las escenas más fuertes sean ambientadas en lugares con mal clima.
Durante la entrevista, Javiera nos comentó que esto afecta mucho a la motivación que tenemos día a día para realizar nuestras rutinas, incluso cosas que nos gustan, como ir al gimnasio o salir con amigos. “Es como si la tristeza tomara el control de nuestras vidas durante el invierno y nos hace sentirnos más desganados. Nos notamos pesimistas, negativos y por más que nos digamos ‘tú puedes’, no siempre es el caso para todos. Hay personas que realmente no pueden”.
Teniendo en cuenta todo esto, ya es un hecho de que efectivamente hay razones psicológicas por las que el invierno nos afecta tanto. Sin embargo, cabe preguntarse ¿hay personas más propensas que otras a sufrir estos cambios durante las estaciones frías?
Cuando le hicimos esta pregunta, la psicóloga nos respondió que sí; el invierno afecta sobre todo a personas propensas o con antecedentes depresivos, o que luchan con problemas de autoestima o salud mental, pues estas aflicciones se ven agravadas con el constante clima gris. “Son más propensas a sentir esta desmotivación cuando llega el frío, el no querer salir de la cama, vestirse o no querer comer, o comer de forma muy desordenada, tener afectaciones en el sueño, entre otros”.
¿Qué se puede hacer?
Por supuesto, no podíamos quedarnos solamente con estas malas noticias, de modo que preguntamos: ¿hay algo que se pueda hacer para contrarrestar esos sentimientos?
Javiera nos dice: “Es vital contar con una buena red de apoyo. Por ejemplo, si uno como amigo o familiar evidencia que otra persona muestra estos síntomas en días lluviosos, se pueden propiciar actividades que no requieran mayor esfuerzo, como ver una película, cocinar algo rico, hablar… Ir saliendo de apoco, no forzarlo. Igualmente, en general las personas que se ven muy afectadas por esto suelen reconocer que decae su vida social y sus ganas de estar con otras personas o realizar actividades”.
Así que no, no estamos locos al sentirnos de este modo, y también hay algunas cosas sencillas que podemos hacer en esas ocasiones para seguir manteniendo un estilo de vida saludable, tanto en lo físico como en la salud menta. ¿Qué opinas sobre esto? ¿Te pasa a ti también?
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