Es un hecho que, durante las últimas semanas, Chile está viviendo un escenario complejo y lamentable en relación al virus sincicial, el que se ha propagado de manera vertiginosa y agresiva, en especial en la población infantil.
En este contexto, las autoridades del Ministerio de Salud han hecho énfasis en la importancia de la prevención y llamaron a la población a respetar una serie de medidas sanitarias similares a las del Covid-19, como el uso de mascarilla en lugares públicos, lavarse frecuentemente las manos, aislarse si se presentan síntomas, evitar aglomeraciones y utilizar alcohol gel.
Sin embargo, estas medidas podrían ser insuficientes debido a la naturaleza con que se transmiten las enfermedades respiratorias, y eso es algo que el doctor Fernando Soto, médico broncopulmonar de la Universidad de Chile, sabe bien.
Esta fue una de las razones que impulsó al médico a crear el proyecto "Aire limpio para nuestros niñas y niños", que se aprobó en marzo de este año y que instalará purificadores de aire en los jardines infantiles pertenecientes a la Junji e Integra de la Región de O'Higgins.
La iniciativa, según explicó el doctor, busca disminuir los contagios de enfermedades respiratorias en la población infantil -quienes, por razones obvias, no suelen utilizar mascarilla- y con ello el ausentismo escolar, con tal de contribuir al bienestar integral de todas las familias de la zona.
Por todo lo anterior, en Mouvair contactamos al especialista y conversamos en profundidad con él, para que nos explicara cómo fue que surgió este gran proyecto y cuál es su visión respecto a esta problemática.
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¿Cómo surgió la idea de instalar purificadores de aire en los jardines infantiles?
Este proyecto surgió por algo personal. Yo tengo una nieta que actualmente tiene 1 año 9 meses y está yendo a la sala cuna, y esto se unió a que en la pandemia yo estaba trabajando, viendo muchos pacientes y recopilando información, y todo apuntaba a que, dentro de las medidas de protección y prevención, la calidad del aire que respiramos pasa a ser un elemento trascendental, considerando que la transmisión por Covid es básicamente por aerosol, de manera que la mascarilla pierde su efecto cuando no se usa, que es lo que ocurre en ambientes familiares, en las casas, salas cuna y jardines.
Y en Chile, al igual que en el extranjero, los últimos brotes del 2022 surgieron a partir de contagios que se iniciaban en salas cuna y jardines infantiles, y de ahí pasaban a las familias y terminaban expandiéndose a la comunidad, de manera que parecía absolutamente lógico y necesario plantear alguna medida que mejorara la calidad del aire respirado por los niños, con tal de cortar así la cadena de contagio.
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¿Y cómo fue que llegó puntualmente a los purificadores de aire? Ya que si bien son equipos sumamente útiles, no son tan populares en Chile...
Básicamente por la información que han levantado los especialistas que ya han trabajado en la calidad del aire. En España, por ejemplo, se han hecho muchas publicaciones sobre la importancia de la pureza del aire que se respira y su relación con la transmisión de gérmenes que se contagian en aerosoles, como el sarampión, la tuberculosis y el Covid. A partir de esa información, me empecé a interiorizar en el tema y descubrí que efectivamente existía esta tecnología de purificadores de aire y que tampoco era de tan alto costo, y así surgió la propuesta de instalar purificadores en salas cuna y jardines, pensando primero en los niños de la región en donde yo vivo, que congrega 1 millón de habitantes en total.
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¿Qué características deben tener estos purificadores de aire para ser realmente eficaces?
Fundamentalmente, tienen que estar relacionados con el área que se pretende abarcar. Por ejemplo, si ponemos un purificador con un alcance de 20 mts2 en una sala de 100 mts2, claramente es insuficiente.
También hay una serie de detalles técnicos que deben cumplir estos equipos, como los recambios de aire por hora y los tipos de filtros que usan, porque mientras más capas tenga y más pasos haya en la filtración del aire, más eficientes serán. Lo ideal es que los filtros sean H13 o más, porque esos son capaces de filtrar las partículas más pequeñas, incluidas las virales.
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¿Cómo ve el futuro de su proyecto? ¿Cree que es viable replicarlo en otras regiones del país?
Creo que sí. Ahora lo importante es echarlo a andar, porque en la medida en que se genere información relacionada a su utilidad, va a ser más fácil replicarlo. Cuando se demuestre que las tasas de infección están disminuyendo y que el ausentismo escolar también, sin duda que va a ser replicado, pero no debiese ser así. Yo creo que hoy en día hay evidencia suficiente para plantear esto a nivel gubernamental y nacional, pero en Chile necesitamos que se nos demuestre una y otra vez que algo funciona antes de implementarlo a nivel masivo.
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A pesar de que cada año hay brotes virales durante esta época, las autoridades todavía no han tomado medidas de prevención concretas, ¿por qué cree que pasa esto?
Hay varias cosas que uno podría poner como razón en la mesa. La primera es que no siempre las decisiones administrativas van de la mano con las directrices técnicas, y las opiniones técnicas -en el caso de la salud- nunca han sido tomadas en cuenta, porque siempre hay un retraso en la aplicación de la tecnología adecuada para prevenir enfermedades.
Hay que acordarse de que, cuando empezó la pandemia, incluso la propia OMS fue escéptica respecto a las mascarillas y fue alrededor de octubre del 2020 cuando se hizo la primera recomendación de su uso para prevenir contagios, porque hasta ese momento todo lo que se planteaba es que el Covid se transmitía por gotitas y, por tanto, el énfasis estaba puesto en el lavado de manos, el aseo de superficies, el uso de cloro y otras medidas; entonces, hay un retraso en la aplicación de conocimiento y, cuando por fin el conocimiento llega a quienes toman las decisiones, se produce otro desfase, porque la decisión política no siempre está en la lógica de la decisión médica. Si uno hace un análisis de lo que significa implementar tecnología como los purificadores en colegios, universidades, centros comerciales y grandes zonas de aglomeración, el costo es muchísimo menor que el costo que ha significado armar camas críticas, comprar ventiladores mecánicos y hacerse cargo de los fallecidos y enfermos.
Yo creo que esa es la explicación. Recién hoy día se está empezando a hablar en Chile de la importancia de la calidad del aire, pero todavía no estamos cercanos a que se tome una decisión en términos de implementar medidas tecnológicas que mejoren la calidad del aire. Por eso, este estudio que yo propuse no es una novedad: se ha hecho en otras partes y hay países europeos que ya han implementado que las salas de clases tengan purificadores de aire y monitores de monóxido, para evaluar qué tan respirable es el ambiente.
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En Mouvair hemos hecho énfasis en que si bien no se puede controlar lo que pasa en colegios y jardines, sí se puede controlar lo que sucede dentro del hogar. ¿Por qué cree usted que los chilenos han tardado tanto en tomarle importancia a la calidad del aire?
Pasan varias cosas. Normalmente lo que ocurre en una sociedad es que los liderazgos son muy potentes en relación a moldear las conductas de las personas, y en Chile el liderazgo en relación a los temas de salud está orientado básicamente a extender un manto de tranquilidad y dar la sensación de que el problema no es tanto, como pasó en el caso del Covid. Ese discurso de que "la pandemia ya pasó" lo venimos escuchando hace 1 año y medio, incluso cuando todavía estábamos en pleno auge, y eso explica por qué han fallecido más de 61 mil personas a raíz de la enfermedad y por qué recién hoy tengamos bajas tasas de contagio; pero la pesquisa nunca fue muy entusiasta ni eficiente, porque había una intención de rápidamente hacer creer a la población que la pandemia no era tan terrible, que no era tan mortal.
Además, las personas se agotan de escuchar malas noticias, entonces después de 3 años de escuchar que hay que cuidarse y seguir cuidándose, llega un momento en que probablemente se produjo el "cansancio pandémico", en donde la gente prefirió actuar como si aquí no pasara nada, y es por eso que hoy vemos lo que pasa, que la sensación a nivel de las grandes masas es que los temas de salud no son tan relevantes y la autoridad no ayuda mucho, porque tiende a dar un discurso de que estamos con la situación controlada.
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Aunque los purificadores no tienen un costo tan elevado, sí suponen una inversión que algunas familias no pueden costear. En estos casos, ¿qué medidas de prevención aconsejaría usted para evitar enfermedades respiratorias durante este invierno?
Ahora efectivamente la mayoría de las familias están limitadas para comprar purificadores, pero al menos eso lo puede hacer el Gobierno a través de gobiernos regionales y se puede dotar de purificadores a las salas cuna y jardines infantiles e incluso a los colegios y liceos públicos y, en el caso de colegios particulares, se podría hacer un esfuerzo congregando a los padres para que participen de manera conjunta en la compra de estos equipos.
En el caso de los hogares, siguen siendo muy relevantes las medidas de prevención que tradicionalmente se mencionan, como las medidas de higiene básicas y la ventilación, e insistir en que la calefacción que se use sea de buena calidad y que las estufas no generen humo, porque esos residuos quedan en el ambiente. Otro punto importante es respetar los calendarios de vacunación, en especial para los grupos de riesgo como adultos mayores, embarazadas y niños.
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Por último, ¿hay algo más que le gustaría comentarnos, doctor?
A mí me sigue llamando la atención lo lento que es la incorporación del conocimiento en la aplicación práctica de la vida diaria. En este caso, algunos países ya están considerando poner purificadores de aire en las instalaciones nuevas, en la construcción de edificios y centros comerciales, y eso también se debería considerar en Chile, porque forma parte de un deber ético para mejorar la calidad del aire que respiran las personas que van a circular por esos espacios.
Lamentablemente la situación es así, por lo tanto los que tenemos la posibilidad de acceder a mejor información debemos velar para que los purificadores se pongan en el tapete como una necesidad y dar a conocer las razones de peso para incorporarlos. Esta es una tarea en la que yo soy un pequeño ejemplo, pero hay gente de alta connotación científica que lleva años velando por llevarlo a cabo.
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