Ya se empezaron a sentir temperaturas más altas en la mayoría de las regiones del país y muchos medios se agarran de ello para hacer una campaña del terror en relación a conseguir rápidamente un "cuerpo de verano", dirigiéndose especialmente a las mujeres.
Así, es muy común ver contenido en redes sociales que alude a cómo conseguir un cuerpo tonificado en poco tiempo, ya sea a través de "dietas milagrosas", sesiones exageradas de actividad física o ayunos intermitentes.
Pero estas prácticas, lejos de ser "saludables" -como las venden- son altamente perjudiciales y peligrosas para quienes las adoptan, ya que además de poder repercutir en la salud física y dañar el metabolismo, pueden influir gravemente en la salud mental y generar trastornos de la conducta alimentaria, más conocidos como TCA.
Los TCA son patrones de conducta alimentaria que se asocian con altos niveles de angustia emocional, física y social, y que se caracterizan por un comportamiento obsesivo en relación a la ingesta de alimentos y el control por el peso.
Por todo lo anterior, y porque en Mouvair siempre nos preocupamos de la salud integral, conversamos con Renata Barchiesi, médico de la Universidad Andrés Bello con formación en medicina deportiva, quien abordó esta problemática y nos entregó 5 tips para tener hábitos saludables que perduren en el tiempo y no surjan como medidas extremas para enfrentar el verano.
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¿Qué es para ti llevar una vida saludable? ¿Cómo la definirías?
Me encantó esta pregunta, porque en general está la idea de que saludable es la persona que hace ejercicio, que come sano y que duerme bien, pero muchas veces nos sobreexigimos con el tema de los hábitos y nos empezamos a angustiar y estresar, y ahí yo creo que no estamos siendo saludables. Entonces, para mí tener una vida saludable es tener un cuerpo ojalá cuidado con los hábitos que ya sabemos que son los mejores, pero a la vez tener una salud mental tranquila que te acompañe en este proceso. Lo ideal es ir flexibilizando los hábitos según la etapa o situación de vida en que estés y no ser tan estricto. Por ejemplo, yo estuve de vacaciones y comí muchas cosas que normalmente no comería, pero para mí restringirme de eso no iba a ser saludable porque mentalmente me iba a sentir agobiada; entonces, en resumen, ser saludable es un estado de bienestar tanto físico como psicológico.
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¿Por qué crees que para muchas personas es tan difícil lograr una vida sana y que los índices de obesidad en Chile son tan altos?
Yo creo que pasan varias cosas. Primero, que se le culpa solamente al individuo respecto al aumento de las patalogías crónicas, siendo que el ambiente tiene una responsabilidad gigante. Por ejemplo, estamos rodeados de productos que son adictivos, que son los ultraprocesados, y que generan hambre visual, o sea tú los ves y vas a querer comerlos. Esos son mucho más económicos que los productos saludables y el entorno te los muestra en todas partes, no solo en las tiendas de comida, sino que en las farmacias, en las bombas de bencina, en las revistas, la tele, la calle y el Metro; básicamente a donde vayas vas a encontrar ultraprocesados. Hay un marketing muy fuerte detrás que te genera la necesidad de adquirir estos productos, entonces si tú eres una persona que se quiere cuidar y te encuentras con esto, te dan ganas subconscientes de consumir este tipo de comida y es súper difícil salir de ahí, va más allá de la fuerza de voluntad.
Aparte, el ambiente obesogénico incluye también la poca disponibilidad que hay para tener contacto con la naturaleza y la dificultad que hay, sobre todo en Chile, para poder hacer ejercicio, porque las jornadas laborales son muy largas y muchas veces las personas pierden horas movilizándose hacia sus trabajos e incluso algunos tienen más de un trabajo, entonces empieza a asomarse por ahí el hambre emocional, que son las ganas de buscar un escape del estrés de tu vida diaria con la comida, y tenemos ahí los ultraprocesados que están súper disponibles.
En conclusión, los altos índices de obesidad en Chile son ocasionados por el ambiente obesogénico sumado a la responsabilidad personal, pero en ningún caso son solo por responsabilidad personal.
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¿Qué opinas las campañas mediáticas que surgen a fin de año, en donde se alude a obtener un "cuerpo de verano"?
Creo que ese concepto de "cuerpo de verano" debe erradicarse, está muy de moda y normalizado. Hace 15 años se hablaba del "cuerpo de verano" en todas partes y era tan común ver ese término que creíamos que si no hacíamos la campaña de verano no podíamos tener derecho a disfrutar de la playa, de la piscina, de nuestros amigos. Era como una obligación colectiva inconsciente en donde estábamos todos súper estresados y con una alta presión para hacer dietas extremas, para intentar broncearnos, para prepararnos para el verano. Ahora, claro que si uno se quiere cuidar está súper bien, pero el tema tiene que ser por una motivación personal y por amor propio, decir "bueno, me quiero cuidar más, quiero mejorar mis hábitos" y no por una presión de los medios sociales.
Lo bueno es que uno ve que en las redes ese término ha ido perdiendo cada vez más fuerza y de hecho se habla mucho de que para tener un "cuerpo de verano" lo único que tienes que tener es un cuerpo y listo.
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¿Qué le aconsejarías a una persona que se siente atraída por la idea de "hacer dietas" extremas durante esta época?
Ufff... le aconsejaría que viera bien por qué quiere hacer una dieta extrema, cuál es su motivación, porque en el fondo lo que nosotros pensamos al hacer una dieta así es que al bajar de peso vamos a ser felices y vamos a disfrutar de las bondades del verano, pero cuando tú te das cuenta de que con tu cuerpo actual ya puedes disfrutar, sientes una liberación súper grande.
También es importante ver de dónde viene la inseguridad y si es que se puede acompañar con psicoterapia, porque muchas veces tenemos inseguridades que se han ido afirmando desde hace muchos años y que solamente se reflejan con el tema de querer realizar un cambio físico extremo, pero si no las trabajamos a nivel profundo pueden seguir ahí.
Por otra parte, le aconsejaría a esa persona que fuera realista. Es sabido que las dietas extremas no sirven y que el peso que se baja se vuelve a subir. Yo tengo muchos pacientes que me dicen "no, si yo una vez me puse las pilas y bajé 10 kg", y yo les digo "ya, pero no te funcionó, o sea te funcionó en su momento, pero lo recuperaste"; entonces si te ha pasado lo mismo 3 o 4 veces en tu vida, es momento de buscar el camino largo y de bajar la ansiedad de querer bajar de peso rápido, no hay que demostrarle nada a nadie, hay que ser realistas con las metas y enfocarse en el cambio de hábitos, en el amor propio, y que el peso vaya bajando solito a su ritmo, pero no apurarlo. Está comprobado que, cuando bajamos de peso rápido, el metabolismo dice "chuta, esta persona está bajando de peso rápido, puede que haya alguna amenaza, voy a intentar que esta persona recupere el peso lo más rápido posible para que no se muera de hambre".
Entonces, si yo bajo 10 kg en un mes, mi metabolismo se va a poner lento y, si después yo como cualquier cosita, el peso se recupera. Finalmente, lo mejor es cambiar de hábitos de manera natural y sin nada extremo, y que el peso baje solo para que el cuerpo no sienta esa amenaza.
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Entonces, para evitar este tipo de actitudes compensatorias, lo ideal sería mantener hábitos saludables durante todo el año. ¿Podrías darnos 5 tips para poder adoptar una vida más sana y que perdure en el tiempo?
- Es importante escuchar a nuestro cuerpo y diferenciar el tipo de hambre que tenemos, si es hambre real o si es de las hambres falsas, como visuales, emocionales o cuando comemos por presión social.
- Si ya sabemos diferenciar el tiempo de hambre, hay que empezar a conocer a nuestro cuerpo y analizar en qué horas me da más hambre a mí. Por ejemplo, si tomo desayuno a las 7.00 a.m. por obligación, pero me doy cuenta de que a mí no me da hambre hasta las 10, ¿por qué estoy comiendo a las 7 si a mi cuerpo no le hace falta? Entonces, hay que comer a la hora en que el cuerpo quiera.
- Hay que empezar a sentir la saciedad, más que contar calorías o medir la porción del plato con la palma de la mano, ya que la mejor manera de saber cuánto es lo que tenemos que comer es que nuestro propio estómago nos avise. Cuando él está bien, genera una sensación de saciedad, pero el problema es que muchas veces no lo escuchamos.
- Hay que hacer actividad física, yo sé que hay mucha gente que odia el deporte porque en el colegio los hacían correr y les aburría, pero hay que buscar algo que guste y, aunque sean 5 minutos al día, es mejor que nada. Muchas veces creemos que si no hacemos una hora de crossfit o algo intenso, la actividad física no sirve, pero todo sirve. Entonces, hay que empezar a hacer pequeños cambios: salir a caminar los fines de semana, subir las escaleras cuando llego a la casa después de trabajar o lo que sea, y va mucho más allá del tema del peso, es por un tema de salud, es fundamental que nuestros músculos se muevan y nuestro cuerpo se dé cuenta de que estamos vivos.
- Por último, no hay que compararse con nadie y hay que medirse con las reglas de cada uno. Si yo empecé unos cambios de hábitos con mi amiga y ella generó cambios espectaculares y yo no, maravilloso por ella, pero cada uno tiene sus ritmos y muchas veces estamos comparándonos con el resto, siendo que cada proceso es súper personal.
PD: La doctora Barchiesi publicó recientemente un libro titulado "Doctora a Dieta", en donde "entrega todo lo aprendido como médica, deportista y casi reina de belleza para salir de la trampa de las dietas".
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